Todos al banquete

Ya habían pasado varias semanas en las que por toda San Cristóbal se veía enormes panfletos, en todas las redes sociales se veían videos y, en cada restaurante o café, se repartían volantes sobre este novedoso evento que abriría su primera edición en el estado. Cocineros, reposteros, bartenders y comensales de todas las edades juntarían su talento y su pasión por este, podría llamarse, arte o podría llamarse ciencia, para ampliar su conocimiento acerca de la comida local e internacional. 

Aunque la comida es algo muy común, la intención de este evento fue reunir a los cocineros y empresarios culinarios del estado en un solo lugar, de esta manera durante un fin de semana completo, cualquier persona amante de la gastronomía podría disfrutar de "un banquete". La fecha de la cita llegó, el público asistió emocionado y puntualmente se inauguró el Táchira Gastronómica. "Desde el día en que se nos contó del evento supe que asistiría toda esta gente, de hecho, creo que hay más de lo que imaginé" dijo asombrada alguna de las chicas del protocolo. Alrededor del lugar en donde se llevó a cabo el evento,  la Quinta Granada, una casona inmensa con paredes de ladrillos y con gigantesco jardín, antigua y fabulosa, cada quién iba comentando con su grupo de amigos lo que esperaban ver y la comida que esperaban probar... Sin embargo, no creo que nadie estuviera al tanto de lo que encontraría realmente. 


A unos pocos metros de la puerta de entrada, los stands de cada restaurant ya estaban preparados. Todos los trabajadores impecables y vestidos con sus mejores uniformes de chefs. Los músicos, por otro lado, afinando sus instrumentos y preparándose para entretener a quien no estuviera hambriento. Detrás de las cocinas se podía escuchar el sonido de los cuchillos siendo afilados y, sobre cada fogón, lograba olerse algo parecido a las siete maravillas del mundo. Aproximadamente 40 expositores se veían emocionados por los, aproximadamente, 400 comensales que estaban entrando y preguntando sobre sus creaciones. Poco más o menos de 10 mesas y sillas de madera estaban ubicadas por todo el jardín de la Quinta convenciendo entonces a cualquiera de sentarse a disfrutar de un platillo. Hamburguesas, comida italiana, cerdo, comida empaquetada al vacio, comida muy saludable, comida no tan saludable, comida española, platos a la parrilla, cervezas artesanales o cerveza comercial, cócteles, postres para veganos o sin azúcar, especialistas en cheescake o un café en una taza de 15 cm que olía delicioso y parecía tener lo necesario para mantener despierto a cualquiera durante todo el banquete.

Aunque no había ningún puesto de comida mexicana, árabe, sushi y cualquier otra comida asiática, y tomando en cuenta de que una enorme cantidad de gente la disfruta, nadie parecía estar molesto al respecto y, en cambio, saciaron sus sentidos con hamburguesas, cerveza y pizza, ¡muchísima pizza!

Un grupo de personas nunca se alejo del área de los postres y, siendo sincera, con esos colores, olores y decoraciones, creo que nadie lo hubiese hecho. Comenzando con galletas, caramelos, helados y tortas, pasando por cupcakes y merengadas con pedazos de brownie, para terminar con cheescakes sin azúcar, parfaits con frutas y cremas, y macarons que parecían botones de oro, el área de los postres era como estar dentro del video musical California Gurls de Katy Perry.

En la parte trasera de la gran Quinta, se encontraba el asunto que mas disfrutan muchas personas. Alcohol y bandas musicales. Sin importar a la hora que se pasara por donde estaba tocando una banda, siempre, siempre, siempre estaría full de personas cantando y aplaudiendo. Diferentes tipos de cerveza competían de frente con diferentes combinaciones en cocteles… Más de uno utilizó la excusa de estar disfrutando de la banda para esconder que se había pasado de tragos.

…Con unos ingredientes así, el evento prometía ofrecer una velada mucho más que interesante…

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