Jóvenes de los 80, voces universales

“Querido señor Vernon:
  Admitimos el hecho de tener que quedarnos castigados todo un sábado por lo que sea que hayamos hecho mal.
  Pero pensamos que está usted loco al intentar forzarnos a escribir un ensayo explicándole quiénes creemos ser.
  Usted simplemente nos ve como quiere vernos, en los términos más simples y con la definición más conveniente.
  Pero lo que hemos descubierto es que cada uno de nosotros es un cerebro, un atleta, una inadaptada, una princesa y un criminal.
¿Contesta eso a su pregunta?
Atentamente,
El club de los cinco.”


Mucho se ha reñido sobre el supuesto “privilegio” que el escritor y director John Hughes tuvo gracias al cine juvenil en los ochentas. Sus obras más importantes trascendieron su trivial origen y se convirtieron en objeto de “culto” para muchos, sin ignorar que logró conectar con una generación de jóvenes que no tenía nada que ver con su propia generación. Este director, proyectando películas como: Sixteen Candles, Pretty in Pink, Ferris Bueller’s Day Off, Some Kind Of Wonderful…, dictó la moda, actitud y gustos de una buena parte del público adolescente.

La historia de este filme de 1985 dirigido parece ser una reflexión sobre los perfiles sociales de la adolescencia además de una diatriba a la sociedad. The Breakfast Club, en Latinoamérica conocida como El Club de los Cinco, narra la historia de cinco adolescentes, representando los diferentes clichés de la sociedad, que durante ocho horas de un sábado se enfrentan a un castigo.

Aunque los conflictos de las sociedades de cada época sean distintos y, tomando en cuenta que los adolescentes en los ochenta eran vistos, tratados y comprendidos de una manera diferente a los jóvenes de hoy en día,  pareciera, al final, que da igual en qué momento temporal nos encontremos, sean los ochenta, los noventa, el año 2010 o el 2017, los adolescentes tienen inquietudes y estas pueden considerarse universales.

En una cancha real de una escuela escenificada como una biblioteca y lo que comienza siendo un grisáceo e insoportable día, se va transformando en la relación personal y emocional de este Club. Risas, riesgo, bailes y charlas se muestran como el mejor de los contextos y es lo que hace del desarrollo de los personajes, una sutil manera de hallarnos en la piel de alguno de estos chicos.

Si bien con esta descripción parece ser un filme muy genérico, la forma de abordar las historias es, en sí, la genialidad de la misma película. Todo esto puede sonar un poco vacío...  Las aventuras de cinco estudiantes no son realmente un tema de peso, pero el cómo Hughes hábilmente usa a sus protagonistas como reflejo de la sociedad contemporánea, puede recompensar al observador con entendimiento adicional sobre la formación temprana del comportamiento adulto mediante las experiencias de la juventud.


Nos encontramos entonces con Allison, señalada como la chiflada, una chica inadaptada y autodenominada "mentirosa compulsiva”. Tenemos luego a Claire, la princesa, la chica popular, y el nerd, Brian, que a pesar de que saca buenas notas está totalmente escaso de facultades para desenvolverse socialmente. Tenemos al atleta, Andrew, perteneciente al grupo de luchas de la escuela y que acostumbra a reprimir sus inclinaciones y sentimientos por poner más importancia a su desempeño en el campo de juego y, luego, John Bender, el criminal y buscapleitos, que consecutivamente causa destrucciones en la escuela. Para pagar sus horas de “castigo”, el director les prohíbe hablar unos con los otros, además de que al final del día cada uno tendrá que presentar un ensayo personal explicando “quiénes se creen que son”.

Hay dosis de diversión, baile, travesuras y grandiosos diálogos que, según varias fuentes, muchos fueron  improvisados.

Reseña aparte se gana el soundtrack  con el plato fuerte y tema principal del filme "Don't you (forget about me)" de Simple Minds, una canción que logra trasportar a cualquiera a un sábado en aquella biblioteca.

En definitiva y de este modo, John Hughes consigue algo que probablemente ni siquiera perseguía: hacer una obra atemporal y global, que reflejara en qué consiste la adolescencia a los ojos de los adultos, ese punto de no retorno que precisa a un ser humano y establece su eterno temperamento.

Comentarios

  1. Ciertamente, esa canción "Don't you" de Simple Minds está inevitablemente ligada a esa película... muy 80's.
    Muy agradable tu reseña. Sigue escribiendo, pues tu prosa fluye y no aburre.

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